25 de junio de 2009

Despedir a Vicente

Tres horas después de irse Vicente había reunido a una multitud que esperaba en la puerta del meeting hall para darle un último adiós, la noticia corrió como una mecha, uno a uno se despedían de este gran hombre, ya fuera santiguándose, por el rito hindú, el árabe o sencillamente con sus lágrimas; sus caras expresaban más que ningún homenaje. Anne nos daba de nuevo una lección de fortaleza, en mitad de todo el trabajo que se le venía encima tenía tiempo y fuerzas para preocuparse de todos nosotros: voluntarios, periodistas, visitantes… y sobre todo a miles de indios que durante cuatro días se acercaban a darle el pésame. Ella calmada les animaba y consolaba. En la gratitud de las caras de cada uno se podía entender cuanto ha hecho Vicente, como ha tenido que cambiar tantas vidas. Los periódicos en telugu decían que Vicente había logrado comprar las lágrimas de los pobres. Aquí los políticos cuando mueren tienen que preocuparse de llevar a la gente para que les llore como si fueran plañideras mientras que a Vicente montañas y montañas de lágrimas y flores se le iban acumulando durante 4 largos días.
Los pocos voluntarios aqui hemos sentido ser la representación de tantos otros que han pasado por la fundación. Es muy importante ahora mas que nunca que siga el trabajo, la ilusión por cambiar las cosas, que sigamos con el sueño de este gran Vicente.